jueves, 14 de febrero de 2013

Maraton 3/...

Capítulo 36.-



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-Ahora no te dejare ir –dijo.
-Dime benjamín ¿Cómo supiste que Justin y yo vinimos aquí a nueva york? –pregunte.
-Digamos que los seguí, pero no tome un autobús, si no robe un auto –dijo.
-Benjamín… haz caído bajo, muy bajo –dije.
-Eso es lo de menos… En este momento solo me importas tú, ___(tn) te amo y no me cansare de decirlo, quiero pasar toda mi vida junto a ti y nunca más te dejare ir –dijo.

Se acercó a mí y tomo de mi cintura. Me acerco hacia el e intento besarme pero yo me negué. No planeaba tener algo íntimo con él, ya no más. Intentaba soltarme de el, no sabía cómo o porque pero tenía más fuerza de la normal. Después de varios minutos de lucha silenciosa no pude. Se desesperó, me llevo hacia su auto y puso un poco de cinta en mi boca y manos. No quería que me moviera, no quería que hiciera nada sin su supervisión.

En todo el camino en auto, yo no hablaba pero el sí. Hablaba sobre cosas asombrosas que pasarías, él estaba feliz, estaba contento de poder tenerme con él. Pero para mí era lo contrario, era una tortura y estaba infeliz. Cada vez hacia que lo odiara más, quería matarlo. Quería tenerlo en mis brazos muerto. Haría todo lo posible por hacerlo. Benjamín me hacia la vida infeliz ¿Por qué no hacérsela yo también? Planeaba decirle que me sentía mal, muy mal. Que no quería tener nada por ese momento.

Narra Justin:

Algo o más bien alguien me había levantado. Alguien estaba en mi habitación y no sabía quién era. Pude ver a una pequeña, sus pelos eran dorados y tenía dos colitas en sus pelos. Había una mujer sentada en el piso, a lado de la puerta. Ella estaba llorando, al ver a la pequeña nuevamente pude ver que era Jazz. Mi hermana estaba con migo y no sabía cómo había pasado todo. Me levante y la abrace como nunca lo había hecho. Debía admitirlo, la había extrañado como si se hubiera ido por años. Después de varios minutos de tener a jazz en brazos, me dirigí hacia esa mujer, si jazz estaba aquí, era obvio que mi madre también lo estaba. Levante a mi madre del piso y la abrace. Se me hacia un poco extraño de no ver a ___(tn) aquí, ella estaba muy emocionada por conocer a mi familia.

-Mama, mama tranquilízate deja de llorar ¿Qué paso? –pregunte.
-Justin. Jazz y yo estábamos en casa, luego llego un chico diciendo que estaba perdido, yo me distraje un momento y el me llevo. No puedo creer que hubiera dejado a Jazz sola por días –dijo.
-Tranquila mama, lo bueno es que ella está bien, mira esta como nueva, más bien ¡Esta nueva! Nunca le paso nada –dije.
-Hijo me siento tan arrepentida. Ese chico que me llevo, les dejo una nota, en frente de la casa. Yo estaba hay cuando se las dejo, decía que éramos nosotros o una tal chica llamada ___(tn) –dijo mi madre.
-Espera… ¿Qué chica? ¿La haz visto? –pregunte.
-Sí, se llamaba ___(tn), recuerdo el nombre, aquel chico lo puso en la nota –dijo.
-¿Qué? ¿Dónde la viste? –pregunte.
-Hace unos minutos, ella hablo algo sobre entregarse, me dijo que viniera y te contara todo. Me dijo que ella se había entregado a un tal benjamín para tu poder quedarte con nosotras ¡Tu familia! –dijo mi madre con regalándome una sonrisa en la última palabra.
-no ¡Por favor no! –dije desesperado.
-¿Qué paso mi amor? –pregunto mi madre.
-¡Mama! Ella es mi novia y la chica de mi vida ¡No la dejare ir! No otra vez, yo la amo y benjamín es un depravado mental ¡Él le hará daño! –grite.
-No le pasara nada bebe –dijo mi madre despreocupada- Encontraras a otra chica lo doble de simpática
-¡No mama! –grite- Yo la quiero a ella ¡Yo la amo! Mama tal vez te iba a parecer absurdo pero...

Saque de mi bolsillo una pequeña caja. La abrí en frente de mi madre.

-Mama le iba a pedir que se casara con migo –dije- compre el anillo ayer por la mañana, ella y yo discutimos un poco y le dije porque me habías llevado al internado
-Hay mi vida, no es tu tiempo de casarte. Entiendo que la amas pero solo es un amor de adolescentes –dijo mi madre.


-¿Sabes qué? No simplemente no entiendes, no entiendes todo lo que ella y yo hemos vivido y no la dejare ir por que la amo –dije.
-Haber mi vida –dijo mi madre parándose del suelo y poniendo sus brazos cruzados- ¿Qué tanto han vivido? ¿Cuánto tiempo llevan de conocerse? ¿Qué? ¿5 meses? –pregunto mi madre.
-No mama, un poco más pero… la amo –dije.
-Te pregunte que tantas cosas han vivido –pregunto mi madre nuevamente.
-Pues hemos vivido cosas muy lindas y que nunca olvidaremos ambos –reí tontamente acordándome de todo lo que había pasado esa misma noche.
-¿Qué cosas? –pregunto mi madre, sus ojos se habían puesto furiosos pero a la vez preocupados.
-No te enojes con migo, pero ya tuvimos sexo –dije tirando una sonrisita picarona.

Mi madre soltó sus brazos y se dispuso a darme una cachetada. Lo hico y mi mejilla ardía y se ponía roja cada vez más. Creo que no debía haber dado tantos detalles. Pero ella preguntaba y yo simplemente respondía.

-¿Cómo te atreviste? –pregunto mi madre un poco furiosa.
-Mama ya te dije yo la amo –dije.
-No tienes que demostrar tu amor de esa forma –grito mi madre.
-ya te dije todo lo que tienes que saber –dije- Así que adiós, tengo que ir a buscarla
-No iras a ningún lado jovencito, te quedaras aquí –dijo- Tengo una pregunta mas que hacerte
-Pregúntame lo que quieras, pero después de eso ¡Me largo! –grite.
-¿Usaste condón con ella? –pregunto.
-No mama, no lo use y si tengo un hijo con ella ¡Estaré feliz! –dije.

Su mano nuevamente se levantó y golpeo mi mejilla sana. Esta se puso igual que la otra, roja y ardía. Me dispuse a irme de la habitación. Pero antes de que lo hiciera mi madre tomo de mi brazo.

-No iras a ningún lado Drew –dijo.

Estaba harto de que mi madre siempre hiciera lo mismo cuando en verdad amaba a una chica. Pero ___(tn)… ___(tn) era especial y en verdad la amaba con todo el corazón. Daria mi vida completa solo porque ella estuviera bien.
Mi madre me detuvo, sus uñas se encajaron en mi piel. Pero esta vez solo me importaba ___(tn) solo ella y nadie más. Con mi otra mano le pegue una cachetada a mi madre, nunca pensé que lo haría, yo la amaba. Pero esta vez era más que necesario.

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