Capitulo O12:

Capitulo O12:

-Estas muy cerca de ella ¿podrías alejarte? –pregunto Justin.
-Claro –dijo Baltazar.

Alzo sus manos indicando que no estaba haciendo nada. Se puso a lado mío, un poco alejado, no mucho. Camine hacia Justin y me puse junto a él. Le toque la frente, la tenía caliente.

-¡Justin! Estas ardiendo en fiebre –dije.
-Claro que no. Estoy bien –dijo.
-No lo estás –dije.
-Baltazar ¿te importa si me la llevo? Yo la entrego con sus padres –dijo Justin.
-Claro no hay problema –dijo Baltazar.
-Gracias amigo –dijo.

Justin me tomo de la mano y los dos le dimos la espalda a Baltazar. Después de unos cuantos metros de estar alejados de él, voltee a verlo. No sabía que era lo que en realidad pasaba. ¿De dónde había aparecido Justin? Caminamos hacia atrás del internado. Donde no había nadie, solo nos alumbraba la luz de la luna.

-Hace mucho frio aquí toma –dijo.

Saco su abrigo y quedo solo en una camisa de tirantes blanca. Me la coloco sobre puesta arriba de mi. Ambos nos sentamos en una esquina. Miramos las estrellas unos cuantos segundos.

-¿De dónde apareciste Justin? –pregunte.
-Los estaba siguiendo –dijo.
-¿Por qué? –pregunte.
-Tenía que protegerte. ¿Y si Baltazar trataba de hacerte daño? –pregunto.
-No lo haría –dije.
-Baltazar no es quien tú crees –dijo.
-Bueno no importa. Mejor vámonos –dije.
-No. Aquí quiero estar. Necesito aire fresco. En la habitación hace mucho calor –dijo.
-Bueno está bien –dije.

Nos quedamos platicando unas cuantas horas. Podía notar como los pequeños pelos que tenía Justin en sus brazos se erizaban por el frio. Trate de quitarme el abrigo y dárselo a él, pero él no lo aceptaba. Seguía diciendo que tenía calor.
Llegaron las 3:00 am, podía notarlo por las estrellas. Que se hacían más luminosas. Justin jugaba con mi cabello y reía. Me hacía cosquillas y yo se las regresaba. Podíamos oír la música a todo volumen. 
Justin se paró al instante me tomo de la mano.

-Ja ja –reí- ¿Qué haces? 
-Vamos a bailar –dijo.
-No tenemos música –mentí.
-Si la tenemos. Escucha todo eso. Amo la música de piano –dijo.
-Yo igual –dije.

Justin tomo de mi cintura con una mano y la otra la entrelazo con la mía. Comenzamos a bailar, me deje guiar por sus pasos. Por un minuto nos quedamos en silencio. Nuestros ojos se miraron tratándose de decir algo. 

Se acercó a mí, rozo su nariz con la mía hasta que me beso. El estómago se me lleno de pequeñas mariposas. Algo que no había sentido en años. Era algo tan especial, un poco asqueroso ya que Justin hacia un movimiento raro con su lengua. Continuamos haci unos cuantos segundos. Se separó de mí de un tirón.

-Lo siento yo… -dijo.
-No te preocupes. Nos dejamos llevar –dije.
-¿Te gusto? –pregunto.
-Sí. Solo un poco –mentí, ya que me había gustado tanto como a él.

De nuevo se acercó. Esta vez solo roso su cara con la mía. Sus ojos miraron los míos y sus manos estaban entre mi cintura. Todo era perfecto, este era el momento perfecto que había deseado entre tantos meses.

-_____. Desde aquel día en que te vi en el bosque me gustaste –dijo.
-Tú también me gustas –dije.
-Bueno… entonces ¿quieres ser mi novia? –pregunto.
-Claro –dije.

Seguimos besándonos unas cuantas veces. Unas apasionadas y otras tiernas. Habían llegado las 4:45 am. Nos habíamos pasado del tiempo que nos habían nado. Justin y yo decidimos que ahora teníamos que irnos al apartamento de mis padres. Caminamos hacia el tomados de la mano y echándonos miradas tiernas. Al llegar al apartamento afuera del sabía que no vería a Justin hasta el día de mañana. Así que lo bese por última vez y él se fue. Al entrar a la habitación mis padres estaban en ella. Sentados en el sofá.

-Creí que te había dicho que llegaras a las 4:00 –dijo mi padre.
-Lo se papa. Se me paso el tiempo bailando –mentí.
-Bueno Arthur –así se llamaba mi padre- Déjala tenemos que darle libertad. Aparte no puedo hacer nada aquí, sabes que hay cámaras en cada rincón de este internado –dijo mi madre.

Oh no ¿Cámaras en cada rincón del internado? Si las cámaras nos habían visto a Justin y a mí besándonos la Srita. Collins le enseñaría el video a mis padres